Como reza el nombre de este blog ‘De ilusiones y aficiones’, aquí es donde he compartido siempre mis ilusiones y mis aficiones deportivas. Ahora voy a intentar darle un cambio radical, a ver si así resurge de sus cenizas el moribundo blog, ya que, aunque no voy a hablar sobre nada deportivo ni de triatlón, voy a hacerlo sobre otra afición. Quien me conoce -mejor o peor- sabe que llevo en mis venas sangre panadera y repostera, así que por un momento dejo el tritraje y me pongo el delantal, que es algo que TAMBIÉN ME APASIONA.
Os voy a dejar una receta que, aunque es la misma que utilizo para hacer el roscón, aquí os la voy a describir para los bollitos rellenos de chocolate que he compartido en mis redes sociales, y que tanto éxito han tenido. Sois muchos los que me habéis pedido la receta, así que este fin de semana los he vuelto a hacer retratándolo todo…
A ver qué tal mi primera entrada culinaria al blog… ¡Estoy nerviosa y todo!
Preparemos todos los ingredientes en la mesa para que no se nos olvide nada…
He de decir que hace un par de años me compré una amasadora. Vale que me gusta hacer ejercicio, pero varios panes y algún dulce que otro a la semana ya iba bien, así que encontré justificación suficiente para adquirir una amasadora, que fue la que veis en la imagen de abajo (es Bosch y es la caña!). Pero si no tenéis amasadora, no pasa nada. ¡A mano!
El orden en el que mezclo los ingredientes en la amasadora es el siguiente: primero los huevos y el azúcar. Cuando ya están mezclados, añado la harina con la levadura desmenuzada y la pizca de sal, y la leche. Cuando la masa tiene ya consistencia, voy añadiendo poco a poco la mantequilla. Que la masa misma la vaya absorbiendo.
Una vez la masa ha absorbido la mantequilla, hacemos una bola y la metemos en un bol de plástico (que podemos embadurnar un pelín con aceite, o no, ya que la masa es grasienta y se pegará poco). Lo tapamos con una bolsa o un gorrito de ducha (oh! Benditos gorros de ducha, que sin haber usado uno jamás para ello -la ducha-, uso muchísimos y es uno de los regalos más preciados que acepto a cambio de panes o dulces… Ahí lo dejo 😉 ). Lo dejaremos a temperatura ambiente hasta que doble el tamaño.
¿Cuánto tiempo? Pues NI IDEA. Cada uno en su cocina tiene una temperatura y unas condiciones. El tema es… Cuando doble el tamaño.
Una vez ha fermentado, la deshincháis con la mano (volverla a amasar ligeramente) y la volvéis a poner en el bol hasta que vuelva a doblar el tamaño. Esta segunda fermentación suele tardar mucho menos, por eso, si tenéis algo que hacer o algún sitio donde ir, os recomiendo meterla en la nevera.
Una vez ha vuelto a fermentar, la dividís en porciones de unos 60-70 g. Primero los cortáis y los dejáis reposar en la bancada. Luego hacéis las ‘bolitas’ como he intentado mostrar en las dos fotos que veis. Tenéis que chafar la bola por un lateral ligeramente con la mano, hasta que veáis que la superficie se va estirando (SIN QUE SE ROMPA) y la bolita va cogiendo su forma.
Una vez tenéis hechas todas las bolitas, con la ayuda de un rodillo (no el que hicimos polvo en el confinamiento 😉 , sino uno de cocina…), las aplanáis, y le ponéis el relleno que queráis (o sin relleno… Es una masa que aunque no lleve nada dentro, es fantástica para mojar). Yo como adicta confesa al chocolate que soy, les meto a mis bolliElecaos chocolate fundido con avellanas molidas, que hago así:
El proceso para hacer los bollitos os lo muestro a continuación:
Una vez tenéis todos los bollicaos, alineados y más o menos juntos, los dejáis que vuelvan a fermentar (ojo, sería la TERCERA VEZ que fermenta esta masa). Cuando veáis que ya están gorditos y juntitos (como veis en la foto, a mí, a pesar de que los pellizco bien, algunos se me abren un pelín), los embadurnáis con huevo batido y A HORNEAR.
Yo los he tenido 20 minutos a 190 grados (arriba y abajo). Pero os digo lo mismo que con los tiempos de fermentación, CADA UNO CONOCE SU HORNO. Mis datos son orientativos. Os tienen que quedar doraditos por arriba y por abajo. El tema está en apuntar en algún sitio vuestros tiempos, temperaturas y características. A vuestro gusto.
La verdad es que la receta está muy acertada (eso no es mérito mío. Ya me inspiré en una que vi por ahí y fui probando y ajustando pesos). A mí no me gusta que lleve mucho azúcar, pero cada uno ha de hacerlo a su gusto. Podéis aumentar o bajar cantidades como os dé la gana; podéis sustituir ingredientes (mantequilla por aceite de oliva, por ejemplo, o el azúcar por otro edulcorante). ¡Vosotros mandáis! ¡Pues no he ido yo ajustando recetas después de pasarme bajando el azúcar (que dice mi madre que estoy obsesioná con lo del azúcar jeje) o bajando las grasas (y aquello no tenía consistencia ni na). Hay que ser lógico. Esto es algo QUE NO ES SALUDABLE, ni sano, ni fit. Por eso que hay que moderar su consumo, y vaya, ya que comes poco, al menos QUE ESTÉ GLORIOSAMENTE BUENO.
Y esto es todo, QUERIDAS MÍAS.